Sabina


Extraña como un pato en el Manzanares,
torpe como una suicida sin vocación,
absurda como un belga por soleares,
vacía como una isla sin Robinson,
oscura como un túnel sin tren expreso,
negra como los ángeles de Machín,
febril como la carta de amor de un preso…,
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Perdida como un quinto en día de permiso,
como un santo sin paraíso,
como el ojo del maniquí,
huraño como un dandy con lamparones,
como un barco sin polizones…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Vencida como un viejo que pierde al tute,
lascivo como el beso del coronel,
furtiva como el Lute cuando era el Lute,
inquieta como un párroco en un burdel,
errante como un taxi por el desierto,
quemada como el cielo de Chernovil,
sola como un poeta en el aeropuerto…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Inútil como un sello por triplicado,
como el semen de los ahorcados,
como el libro del porvenir,
violenta como un niño sin cumpleaños,
como el perfume del desengaño…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Amarga como el vino del exiliado,
como el domingo del jubilado,
como una boda por lo civil,
macabra como el vientre de los misiles,
como un pájaro en un desfile…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.